Una gran sorpresa[]
Tras la reunión de los fragmentos de Shikon, las dos parejas, Shippo y Kirara, siguen viajando a través del mundo ayudando a Kagome a proteger la perla.
Aquel día Kagome había descubierto el embarazo de Sango por Miroku, porque vio un bulto en la barriga de Sango mientras se bañaban en un pequeño lago. Las dos jóvenes tenían planeado contarles la gran noticia a Miroku e Inuyasha después de tocar los instrumentos (e Inuyasha dormir la siesta).
Al terminar de tocar, Kagome y Sango se echaron una mirada. Kagome fue a despertar a Inuyasha.
- Miroku, tenemos que hablar.- Le dijo Sango apoyando la mano en su hombro y mirándole a los ojos.
-Inuyasha, despierta, tienes que oir una cosa.- Repetía Kagome gritando y agitando a Inuyasha.
-¡Qué me dejes dormir en paz! ¿Aún no te has enterado?- Chillaba Inuyasha enfadado.
Finalmente reunieron a los dos.
-Estoy embarazada-dijo Sango.
Miroku se quedó de piedra, sin embargo Inuyasha...
-¿Y para esto me habéis llamado, insolentes? ¡Estaba teniendo un precioso sueño!-gritó Inuyasha enfadado
-¿Con qué, pervertido?-chilló Kagome.
Y los dos comenzaron a pelearse hasta que de entre los arbustos salió una mujer con un extraño kimono.
-Hola, os estaba vigilando. -dijo la muchacha y se abalanzó sobe Sango para ponerle sus zarpas encima. Empezó a ahorcarla, pero al acercarse Inuyasha, se detubo.
-¿Quién eres tú? -pregunto Inuyasha con sus manos apoyadas sobre Colmillo de Acero.
-Soy Ànyè, la hermana de Miroku.
Con esta sorpresa incluida, a Miroku casi le da un infarto.